sábado, 2 de abril de 2011

FRASES CON ENJUNDIA



        Agustín Pallarés Padilla

A veces a un apasionado enamorado no le queda otro recurso que hablar con la mirada.

Aceptar la fe es ponerle una venda a los ojos de la razón.

Algunos confunden un paso de peatones con un paseo de peatones.

Algunos usan el dinero para tapar agujeros; otros, para abrirlos.

Cada vez que se daba un baño se quitaba un peso de encima.

Comprender no es saber lo que algo significa, sino asumirlo.

Cruzarse con un gato negro cuando se va conduciendo da mala suerte..., al gato si no se aparta a tiempo.

¿Cuál es el colmo de los colmos? Decir adiós a Dios.

Cuando el hombre se da cuenta que lo que cuenta es el hombre, cuenta, y la cuenta que cuenta le da cuenta de su nombre.

Dios y sino son la misma cosa.

Dios vela siempre por nosotros. No hay más que echar una mirada al mundo para verlo.

Donde más se huele el peligro es en la mujer.

El amor crece cuando se pierde.

El amor es la distancia más corta entre dos corazones.

El amor no se inculca; se siente. Es personal e intransferible.

El arte de llevarse bien en el matrimonio consiste en saber apreciar las virtudes de la pareja y tolerar sus defectos.

El buen marido no es el que sabe hacer la cama, sino el que sabe deshacerla.

El colmo de la ignorancia es...la ‘ijnorancia’.

El concepto ‘dios’ es el recurso del hombre a su ignorancia.

El cuerpo desnudo es belleza física; el alma desnuda, belleza espiritual.

El desarrollo de un ser humano desde su concepción hasta la edad adulta es un compendio de su historia evolutiva.

El ‘dios’ creador, es decir, la naturaleza, no es ni bueno ni malo; es simplemente amoral.

El éxtasis amoroso es sublime, pero efímero como la flor.

El fin de la religión no es servir a Dios, sino servirse de Dios.

El hombre es tanto más intelectual cuanto más se aparta del instinto.

El hombre es un trozo del universo hecho vida.

El hombre no es grande por su estatura, sino por sus sentimientos y conducta.

El hombre que más vive no es el que alcanza mayor edad, sino el que sabe aprovechar mejor la vida.

El hombre se distingue de los animales en que es capaz de sobreponer la razón al instinto.

El instrumento que mejor toca el hombre es el sexofón.

El mal argumentador pretende anular la razón de su oponente recurriendo al sarcasmo.

El masaje relajante activa la circulación de la sangre...,por el sexo.

El matrimonio feliz es aquel en que uno puede decirle al otro: te amo como después de habernos enfadado.

El mejor cocinero es el hambre.

El mérito de un buen orador es ajustar la palabra a la idea.

El odio es un cuchillo sin mango.

El peor defecto no es el que se tiene de por sí, sino el que no se reconoce tener.

El que conoce la Biblia conoce al clero, no a Jesucristo.

El saber es la única propiedad que no puede ser arrebatada.

El sarcasmo es el arma de que se valen los incapaces que saben que no tienen  razón.

El sexo sin amor es una simple exoneración fisiológica. Con amor es una sublimación de los sentidos.

El tiempo es la medida del cambio de estado en las cosas.

El verdadero defecto no es el que se tiene, sino el que no se reconoce tener.

En las religiones no hay creyentes sino crédulos.

En muchos casos el futuro no es cuestión de suerte, sino de elección.

Era tan ardiente que en lugar de preservativos usaba perseverativos.

Es más difícil mover a la fe que a una montaña.

Es mucho más difícil reconocer los yerros de uno que los de los demás.

Estamos construidos con un equilibrio exquisito de átomos que han estado dispersos en el universo.

Estar con el corazón a media hasta.

Hay gente tan pobre que solo tiene dinero.

Hay miradas más elocuentes que una declaración de amor.

La ciencia es el extintor que va sofocando el incendio de la religión.

La ciencia es la gran redentora de la humanidad.

La conciencia de la muerte es el tributo que paga el hombre por gozar del privilegio de la inteligencia.

La conocía profundamente; hasta por pelos y señales. 

La creencia en Dios es el recurso a la ignorancia científica.

La cuenta es lo que cuenta.

La curiosidad por saber es hija del intelecto.

La cúspide de la ciencia se va alcanzando subiendo poco a poco trabajosos escalones.

La diferencia entre los logros científicos de ahora y los de antes es que ahora te alaban y antes te podían quemar.

La empatía es la antesala del amor.

La experiencia suele llegar cuando ya no la necesitamos.

La fe consiste en dar por buenas todas las monstruosidades de la creación.

La fe es el disfraz del fanatismo.

La fe es el instrumento de que se vale la iglesia para acallar las conciencias.

La fe es la mordaza de la razón.

La fe es más difícil de mover que una montaña.

La fe mueve montañas...de dinero.

La fe mueve montañas, pero el sexo mueve a la fe.

La felicidad no consiste en conseguir cuanto quieres, sino en querer cuanto consigues.

La felicidad no está en las cosas sino en nosotros.

La filosofía es el sucedáneo de la ciencia.

La gente no entiende de razones, sino de emociones.

La gente suele conceder más crédito a la emotividad que a la razón.

La gran paradoja de la mente humana es que es capaz de comprender que es incapaz de comprender.

La iglesia es un carro viejo que va arrastrando las miserias de la ciencia.

La infelicidad es a veces una carga congénita.

La juventud es un derroche de inconsciencia.

La mancha de la calumnia es indeleble.

La mejor comida es la que más guste.

La mejor manera de acabar con las guerras, los crímenes, la pobreza y demás miserias humanas es apagando la televisión.

La mejor medida del coraje es la capacidad de dominar la ira.

La moda no es lo que lleva uno, sino lo que lleva a uno.

La obra de la creación es tan inconmensurable que en ella el hombre es una partícula insignificante.

La pasión amorosa amplifica el alma.

La pasión amorosa es perecedera. El cariño, no.

La poesía es el arte de conjugar armoniosamente la palabra con los sentimientos.

La política es para muchos el arte de defender los intereses propios en nombre del pueblo.

La religión es una macrosuperstición institucionalizada.

La sinceridad es una virtud que suele acarrear muchos sinsabores.

La soledad se disfruta sabiendo estar consigo mismo.

La ternura es el reposo a la pasión.

La vida da sorpresas y las sorpresas dan vida.

La voz es seducción; la palabra, convencimiento.

Las lágrimas de sangre de una imagen, el milagro de la sábana santa, la aparición de la virgen, etc., etc., son pruebas irrefutables de la existencia de Dios..., quien permite que ocurran los más catastróficos, abyectos e inhumanos de los sucesos en el mundo...

Las palabras más desconcertantes del idioma son ‘infinitud’ y ‘eternidad’.

Lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se acaba.

Lo importante es el contenido, no el continente.

Lo importante no es saber dónde esta el cielo, sino hacernos merecedores de él.

Lo malo no es que uno no crea en Dios sino que Dios no crea en uno.

Lo que hace al hombre grande no es su estatura física, sino su estatura moral.

Lo que interesa en una persona no es el color de su piel, sino el color de su alma.

Lo último que hay es ser pobre..., de sentimientos.

Lo único real en este mundo es lo del más acá; lo del más allá es pura entelequia.

Los años sirven para algo más que para hacerse viejo.

“Los designios de Dios son inescrutables” es el sofisma de que se valen los que creen en un Dios omnisciente, omnipotente e infinitamente bondadoso, para justificar las enormes incongruencias y horrores de la creación.

Los meteorólogos son los profesionales más estresados que hay; siempre están con precipitaciones.

Más antipático que una mesa coja.

Más bueno que un niño..., durmiendo.

Más difícil es que un rico entre en el reino de los cielos que un camello pase por el ojo de una aguja...; pero si el camello va cargado de dinero, pasa por el ojo de la aguja.

Más repelente que la cara de un torero enardecido.

Nadie piensa en nada.

No es el nombre el que hace al hombre, sino el hombre el que hace al nombre.

No es la conciencia lo que me preocupa, sino el instinto.

No es lo mismo sacar a relucir los trapos sucios que las sábanas sucias.

No es más rico el que más tiene, sino el que menos quiere.

No existe conversación más elocuente que las miradas entre dos enamorados.

No hay arma más convincente en una mujer que una sonrisa...,vertical.

No hay cosa que moleste más que la verdad cuando no se tiene razón.

No hay mayor creyente que el que quiere creer.

No hay mayor pobreza que la ignorancia.

No hay que trabajar sólo para llenar el bolsillo, sino para llenar la inteligencia y la conciencia.

Para gozar de un arte no es necesario conocerlo, sino sentirlo.

Para muchos la mejor manera de tener razón es no dejar hablar al otro.

Pensar es bueno.

¡Qué bueno es Dios!...en el cielo.

Qué fea es la ignorancia.

Que lo importante es participar es un sofisma. Lo importante es ganar.

Qué terrible es no hacer pie cuando no se sabe nadar.

Quisiera ser contagiado por un millón de bacterias de tu boca.

Raudo como un repartidor de pizzas.

Recordar, recordar, recordar...: delicia, tormento.

Saber es el arcón; interpretar, la llave.

San agustín dijo: “hay que creer para entender y entender para creer”, pero yo digo: “hay que entender para creer, pero no creer para entender”.

Sarcasmo, mordacidad, son las razones del que no tiene razón.

Se es rico por los bienes de que se sabe prescindir.

Ser amado amando es la felicidad suprema. 

Si quieres saber lo bueno que eres, muérete.

Si quieres saber lo que le duele a alguien cuéntale lo que te duele a ti.

Si quieres saber los padeceres de tu interlocutor cuéntale los tuyos.

Si quieres ser feliz haz feliz a otro

Una persona es vieja cuando mira al sexo como un juguete roto.

Uno es viejo cuando los demás empiezan a decirle que está joven.

Yo sólo sé que sé lo que sé.