[Publicado en la revista LA ISLA, de Lanzarote, en su nº 4 de fecha 11-II-1981]
De la considerable variedad de especies florísticas que crecen por las llanadas y peñascales de nuestra isla vamos a dedicar hoy unas líneas al ‘tajosé’ (el Thymus origanoides de los botánicos), plantita que reviste un gran interés para los lanzaroteños amantes de las cosas de su tierra, no sólo por tratarse de un endemismo exclusivo de Lanzarote sino porque además ostenta como nombre vernáculo una de las escasas reliquias que nos han quedado de la lengua que antaño hablaron nuestros venerables antepasados los ‘majos’.
El ‘tajosé’ es una matita muy lignificada para la reducida extensión y menor altura aún que alcanza, dotada de múltiples ramitas intrincadas y broncas al tacto, que aprovecha para medrar los rincones sombreados de las paredes rocosas situadas a cotas que rebasen cuando menos los doscientos o trescientos metros sobre el nivel del mar, introduciendo las raíces en los acúmulos terrosos que suelen quedar entre las peñas.Las hojitas, de sólo algunos milímetros de largo las mayores, crecen en regular profusión y guardan una disposición algo confusa, no fácil de discernir para el profano por lo juntas que se encuentran unas a otras. Su forma es ovada y el color verde oscuro matizado frecuentemente de morado o rojizo.La flor, asimismo de reducidas dimensiones, es asimétrica, o zigomorfa, como se dice en terminología botánica, del tipo bilabiado, tal como corresponde al género de los tomillos, al que nuestra planta pertenece, muy parecida por tanto a la flor del tomillo vulgar empleado como condimento en la cocina que todo el mundo conoce.Como datos complementarios que añadir a los caracteres morfológicos reseñados que contribuyen a facilitar la identificación de la planta podemos citar su grato olor, que recuerda en parte al aroma del tomillo y en parte al del orégano, y el acusado sabor picante que se aprecia al masticar las hojitas, quedando además en la boca una refrescante sensación a menta que parece despejar las vías respiratorias.En cuanto al nombre vernáculo de la plantita, tajosé, hay que decir que su uso entre los campesinos muestra, lamentablemente, una clara tendencia a desaparecer, sustituyéndosele por el de ‘tomillo salvaje’, ‘tomillo de risco’ o algún otro parecido. El nombre tajosé, al menos por lo que yo he podido comprobar, sólo se conserva vigente por la zona de Guatiza y Mala, especialmente en esta última localidad, restringido, casi exclusivamente, al círculo de los profesionales del pastoreo, que son, como es natural, los que mejor conocen las hierbas de la isla.Esta planta, que yo sepa, crece unicamente en el macizo norte de la isla, en aquellos puntos en que la debida altitud del terreno y otros factores ecológicos le ofrecen condiciones favorables para su desarrollo. Creo que deba existir en todas las partes elevadas de las laderas escarpadas y roquedales prominentes orientados hacia el norte que reciban escasamente los rayos solares directos. Yo la he encontrado en el Risco de Famara por el camino de Safantía; en Valle Chico y en Valle Grande, situados ambos al oeste de Órzola; en el Valle del Palomo por encima de la presa de Mala; en el otro Valle Grande, situado un poco más al sur del anterior; en el Barranco de Tenegüime, contiguo a este último, y en el Barranco de la Horca, al norte de Teguise.Aunque no excesivamente abundante, la planta tampoco es rara y debido a los lugares generalmente arriscados, a veces inaccesibles, en que vive, no corre peligro de extinción por el momento.
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